La lumbre pobre
y desmoralizada
ya era tenue y me sentía...
Ella me sentía pues apoyé
mi cabeza sobre la mesa
y fijé mi mirada dentro
de su luz de alquimia.
Y acariciando sus siluetas
en cada danzar en la que ella
se movía con suma belleza
me deleitaba, me seducía...
Acampé en su llama azul
y me bastó un segundo
para sentir que su cielo
me daba calor en medio
de su fulgida anatomía.
Abrasiva fue cuando
se hizo tormenta dentro
de mis súbitas emociones que
no tienen lugar cuando estas
se sublevan en mi alma
y en mi pecho surge tu nombre
en la cima de mis vértigos
y me asomo a sus riscos
que llevan tu boca como asedio
y me cuelgo de tus vértices
a desventura de las causas
que morirán en mi templo y
serán eternas en tu cuerpo...
Y me solté al vacío
abrí mis brazos como el ave
que se cree señor y dueño
de las cumbres y tus besos
de la mezcolanza que hay
cuando ríes y me miras
y esa, esa hermosa manía!
de repetir que me quieres
varias veces seguidas...
En caída libre volteé
y aún tu mano seguía extendida
una vez más me recibías
pero realmente no caía
me elevaba a lo más alto
de tu sonrisa...
Tu dulce voz dijo mi nombre
y logró que despertara
sigiloso guié mi mirada
hasta la tuya
escondiendo este sueño
y que no te enteres
que cuando duermo
te amo con el mismo fuego
que enciendes cuando me besas
en silencio...
09/07/2015 Imagen Web
JEOM
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