Atrevido

...Cuando desperté estabas

de espalda a mi, y mis manos

socorrieron a tus caderas que

medio desnudas y con frío llamaban

a mis dedos...

Tu cabello rubio descansaba

sobre la almohada que compartimos

tu tez blanca despertaba mi miembro

que no dudó en deslizarce hasta tu cintura

mientras mis dedos recorrían desde tu cuello

(con cuidado iba, pues sé de tus cosquillas)

hasta donde las sábanas le daban sombra

a tus muslos semidesnudos y tranquilos.

Volteaste hacia mi, tu mirada dijo si

y arremetiste contra mi boca, mis manos

cayeron sin miedo en tus senos

tus pezones eran cúspides erguidas, dispuestas

a ser tomadas y sumisas a mis deseos...

Pusiste tu mano en mi cintura, y empujaste

de ella hacia tu cuerpo, deseaba montarte...

Nuestras lenguas recorrían paladares

la saliva lubricaba nuestros labios

tus senos y pezones brillaban, brillaban!

de tanto que mi boca iba por ellos

y las aureolas perdieron su timidez.

Tu verbo obsceno me la ponía más dura

y así tus manos lo apretaban, y de tu

boca solo escuchaba: La quiero dentro de mi...

Cerré mis ojos y sentí tu lengua

húmeda y lasciva en mi pecho

acariciabas mis tetillas

con tus manos y tus besos

me entregué a tu entrega, y

mis dedos se enredaban en tus rizos

cuando tu ya estabas de beso en beso

en mi pubis...

Abrí mis ojos y vi

cómo se perdía mi glande

como por arte de magia

dentro de tu boca, mientras

tus grandes senos se mecían

descansando sobre mis muslos

y así tus pezones tocaban

haciendo cosquillas en mis piernas...

Tu boca y tu lengua, tus besos

que se aventuraron entre mis piernas

hasta lo prohibido para mi

llegaron tus dedos

conquistando sublevaciones 

de mi cuerpo, y tú

que después de todo te uniste

para conspirar con ellas a mis emociones...

Regresaste a mi boca, y yo

mordía tu cuello y clavícula

mi miembro era tenso, duro

y mi glande cambió su color piel

por púrpura...

Entre el jadeo, tus manos húmedas

mis dedos en tu clítoris, éste

que se erguía a medida 

que atesoraba mis movimientos en él

me pediste: Móntame cariño...

Tomé tu cuerpo y lo hice mío

te tomé por las caderas y

me avalancé sobre tus nalgas

para así dominarte y amarrarme

de ellas... Mi miembro se abrió paso

en tu sexo, y ajustado penetró

en tu ser, gemiste en el momento

 y yo cerré mis ojos

me deleité de estar adentro

de ti... Y así cabalgué

sobre ti, en ti, y

mi mano izquierda se ancló

en tu cintura, y la derecha tomaba

tu largo cabello como rienda

se doblaba tu cuerpo, tu espalda cóncava

y el sonar de tus nalgas al chocar

con mi cuerpo era todo un orgasmo...

Tus gemidos y tus palabras

tu deseo que me vaciara en ti

que llenara tu cuerpo del mío

que mi semen fuese protagonista

me llevó tan alto e indetenible

que rompí mi orgasmo en tu vagina

y mi típico gruñir se hizo presente

mientras apretaba tus nalgas y cintura

empujaba hacia ti...

Respiraste profundo, e hice lo mismo

la calma volvió a nuestros cuerpos

separé mi cuerpo del tuyo, y tu vagina

de ella aún goteaba mi semen blanquesino

y otras gotas deslizaban por tus nalgas

tu mirada clavada en la mía, tu sonrisa

cómplice sabe que te amo con el alma

pero que mi cuerpo desea a la mujer

a la hembra, a tu vientre

y mi piel por descorchar

todos y cada uno de mis instintos

mis deseos carnales

mi sentimientos hechos placer

en ti, y dentro de ti...

19/07/2015 Imagen Web

JEOM