...Y desde lo alto del campanario
se silenciaron las misas
que despertaban
a las ánimas dormidas
que conviven en la bóveda
celestial.
Se deslizan cuerpos etéreos
hacia las ventanas que claudican
pues la maleza terminó
de sucumbir al recinto
que es su morada y reducto
para esconder sus lamentos...
Ellas no volvieron a escuchar los pasos
ni aquellos cantos, mucho menos las
musitadas plegarias, no entendían...
Y se juntaron como un aquelarre
invocaron a los pasillos abandonados
a las velas fundidas que abrazan
candelabros, y entonaron súplicas
benévolas ahora, pues las criptas
fueron abandonadas, y sus
epitafios borrados por el musgo
sus tumbas vacías o saqueadas
por el devenir del tiempo y
el contrariado recuerdo
de cuando venían
los vivos a pedir por ellas...
Recogieron sus vestiduras
y en medio de la discordia
vieron que sus ropas eran oscuras
muy largas, y que colgaban andrajosos
sudarios
y que en sus demacrados rostros
la palidez huesuda de sus pómulos
era la bienvenida a quienes volvían
a dejar algo de paz a sus memorias...
El miedo se apoderó de ellas y
se vieron a través de las fosas
de sus ojos, y entendieron que
fueron culpables de no encontrar
la luz, y que ellas mismas
apagaron las velas con su frío aliento
que ellas mismas
callaron el campanario, que ellas
espantaron con sus gritos y llantos
cuanto ser humano les trajo
oración y canto.
Hoy el campanario no se apiada
muere y sepulta a estas almas
que vagarán por siempre
en los sótanos del olvido
murmullos y quejas entre ellas
de espantar a quienes daban descanso
en su última morada...
A través de las sucias ventanas
hay quienes dicen que
hoy se ve a las ánimas orando
y en sus huecas miradas añorando
el regreso de los vivos
en tardes de sepia y mañanas
de añil, y mientras tanto
yo me echo la cruz, en caso
de que estas ánimas crean
que les prometí un rezo
y no estos versos que delatan
sus muy humanos deseos...
10/06/2015 Imagen Web
JEOM
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