Tu voz estaba en mi sueño
y en él corrí desesperado a escucharte
respuesta absoluta por saberte
pero no eras tu, conozco tu voz...
Era tu acento, pero no eras tu
e insistí con mi voluntad
cambiar a quien te sustituía
pero no lo logré...
Y aunque me dijeron
que eras tu, no lo eras.
Sé de tu voz, de tu tono
no me engaño...
Concluyo despierto
con una rima de suspiros
con el llanto excusado
con el precio de tu ausencia.
Concluyo sin la tesitura de tu voz
sin la ambrosía de tu presencia
con el extravío de mi madrugada
con prisa por doblegar mi tristeza...
30/10/2014 Imagen Web
JEOM
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