...Ya no recuerdo su rostro. Sé que era una linda mujer. He olvidado sus manos, he olvidado las curvas de su cuerpo, su silueta. He olvidado algunos gestos que me desbarataban cuando hacían acto de presencia. Ya casi no recuerdo su voz; se que tenía un toque de templanza, y por momentos era triste, sé que a veces se confundía con los cantos del viento.
...Ya no recuerdo su piel, y sé que en algún momento conseguí la manera de llegar a su dermis, con tan solo soplar sobre sus labios. Sé que en algún momento, respirar su aliento, era descubrir una bocanada de secretos que guardaba tras el silencio de su mirada. Sé que respirar su piel, era mermar los sentidos, era perder su rastro, era amputar el tacto, era escuchar las voces de quienes nunca han nacido, es cerrar los ojos de tanta alegría, que no puedes creerlo...
...Ya no recuerdo bien sus ojos. Sé que mis sueños se entretejían cuando la niña me decía que sus sueños se tomaban de la mano junto a los míos, y decoraban el camino de quienes una vez se cruzaron, tan solo para saber que existían, y más nunca andar el sendero que en algún momento, creyeron era el final del camino...
12/04/2011 Imagen Web
JEOM
No hay comentarios.:
Publicar un comentario