Muchos se han ido, otros
seguimos aquí, quizás
con el mismo deseo de quienes ya
lo han hecho. Pero hoy
su calle, la calle que tanto nos ha visto vivir
está vacía.
Hay silencio en sus esquinas
su típica alegría ha cerrado sus ojos.
Mirar esta calle es llenarse de lágrimas
de palabras entrecortadas
y las noches, ay qué noches...
Los rostros asomados en sus ventanas
dando vida e iluminando sus habitaciones
se han apagado, y así sus historias
sus hogares, sus puertas hoy cerradas por siempre
con sus cuartos vacíos, donde
imperan los recuerdos y las ganas
de volver...
Hoy miro cada uno de esos lugares
donde la vida de amigos decoraban esta calle, y hoy
ellos son recuerdos, así como yo
de ellos... Desde mi ventana
solo oscuridad, mucho espacio
antes no había dónde estacionar
hoy sobra...
y sobra el silencio, la tristeza y la nostalgia.
Los pocos que quedamos nos saludamos
con una media sonrisa, nos hemos
dicho todo con ese gesto.
Y a todas estas, yo miro al cielo
y espero un milagro para esta tierra
hoy olvidada de Dios.
Pido por ver
todos y cada uno de esos rostros nuevamente
estrechar sus manos, y a otros
poder abrazar...
Cierro mi ventana con la ilusión de que este lugar
vuelva a ser lo que una vez fue
pero esta tierra no volverá a ser la misma
pues sus hijos se han marchado
y donde estén, éstos
echarán raíces
y no regresarán.
Suerte amigos! suerte compañeros!
que todo vaya muy bien
y no olviden que yo no los olvido
que todavía pienso que en sus hogares aún
brilla su luz...
Escrito dedicado a todos los que se han ido de esta tierra
en especial a uno de mis mejores amigos (un hermano)
de quien no me pude despedir porque no tuve el valor para vivir ese momento,
quien hoy vive en Madrid, España.
13/11/2016 Imagen Web
JEOM
