Horas afligidas que se carcomen
a destiempo...
Y las muecas del tiempo
que se delatan en su ojeras
que no vacilan en echar una mirada
al pasado...
Triángulo amoroso entre la horas
los minutos y los segundos.
Letargo, quisieran tener
pero el infortunio nació con ellas.
Arrugadas las agujas
y el péndulo que se alimenta
del vaiven que titila
un espasmo entre cada una
de ellas... son el pecado
si a la muerte se le juzgara.
Vestido de bronce, corroído
de luto en sus costados
de rostro amenizado por la
indiferencia
se culmina lánguido y abatido
son sus costumbres, ser exacto
en su sentencia.
Yo de fijarme en su mirada
de reojo a de ser
tengo pupila inquieta para este
menester.
Su eterno tic tac
como una sombra en medio del frío
presente indistintamente de la tormenta
no soy indiferente a su existencia...
Suelo agonizar en sus campanas
y llover en mis orgullos
para acallar
el rechinar de mis súplicas
de mis atiborradas maneras
de no saber
olvidar...
29/01/2016 Imagen Web
JEOM
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