Está lloviendo en la ciudad
y salpican las gotas
en las calles hechas trozos
de algunas desempolvadas vidas
que están por nacer...
Llueve en la ciudad
con su falda hecha brisa
y sus historias encontradas
en cada esquina
con el esmero que pone la gente
cuando a sombrilla se esconde
y así arrebatarse por error
un instante de la vida
así como tantos
así como una sonrisa perdida
o el abrazo de la paz en una iglesia
de ese sol que cuando miramos nos hace
cerrar los ojos, y aun así
su brillo nos atrapa en la oscuridad
de nuestro cegado
momento
que pasa desapercibido, común
como el respirar.
Ojalá pudiéramos de vez en cuando
parar, y deleitar el aroma de la lluvia
y sus torrentes en los tejados
desaguando el alma con su aroma
a tierra bendita, entre aguas
emanadas del cielo
en cúspides elevadas por alas
de arcángeles derrotados por el perdón.
La brisa está volviendo
deshojando mis pensamientos
delirando en sus emociones
buscando de mí
que deje mis brazos alzar
y mi rostro erguido al cenit
mi cuerpo lírico apostado
hacía ti
hacia el rincón más claro
de tu mirada...
12/04/2017 Imagen Web
JEOM
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